"esta noche, puedo escribir los versos más tristes esta noche, escribir, por ejemplo, la noche está estrellada y tiritan, azules, los astros, a lo lejos, puedo contar una por una las piedrecitas blancas que un niño loco le ha tirado al cielo hasta que se me acaben los números, decir te quiero y escupir mansamente, puedo cortarme las venas esta noche sin esperanza, con convencimiento, desnudar todos los cuerpos que me arropan y morirme de frío, puedo decir tus piernas, tu mirada, comprar un río y anudármele al cuello como una bufanda interminable, como una corbata atragantadamente, puedo escribir en una lágrima toda la cantidad de bobadas bonitas que te he venido escribiendo durante toda mi vida, durante toda mi muerte, gritar, gritar, pero sólo me salen peces de colores, amor mío, y escupir mansamente, pero mi saliva empecinada de peces, arrancarme los peces y los versos peces que se me van nadando por las mejillas de la página vedada, prohibida, los peces de colores hacia el firmamento ya no tan firmemente anclado en los suspiros blanquísimos de cualquier niño loco loco, enamorado de qué peces de tu pubis, puedo escribir los peces más tristes esta noche, puedo escribir los peces más tristes esta no, no"
Nota: Pertenece al libro inédito Nunca tuviste unas piernas como a tus trece años, publicado en Cálculo infinitesimal y la antología Tantalalúnala
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