"Y como envuelto entre llamas o resplandor invisible,
un jinete en la ciudad, porque el amor es mi escudo:
más allá fulge el silencio, los aljibes de la infancia,
los ojos verdes de un niño y el susurro de tu piel.
Tus manos, como dos garzas heridas y temblorosas,
y tu cabello y tus labios en la rubia primavera,
tan cerca de mí, amor mío, como la luz del silencio,
como dos apariciones que el amor transfigurara:
tan sólo un cuerpo traslúcido en la oscuridad del sol."
PAISAJE TERRESTRE
"En el vuelo de pájaros pensativo,
en la cruz de la noche vive el olivo.
El olivo que borda sus tafetanes,
el olivo sin gárgolas ni alacranes.
El verde del olivo nos resucita:
ante el verde tu oro es llama que grita.
Yo no supe del oro de tu melena
hasta que me cegaste con luz que truena.
Yo no supe del oro de tus timbales
hasta que me sangraste por los rosales.
Platea de la noche el anfiteatro,
tus ojos con el rayo sumaban cuatro.
Con tus cuatro azagayas me destrenzabas,
como con tus cabellos el aire lavas.
Como en la celosía de los olivos,
me atarantan tus ojos por siempre vivos.
Como la celosía de los cristales,
me han pintado tus ojos en los breñales.
Como en la romería de los rastrojos,
me has pintado la cara con tus dos ojos.
El olivo en tus ojos hoy espejea:
por tus ojos mi cuerpo se vuelve tea.
Yo no quiero vivir de este verde fino:
tu piel en mi mirada es fuego y es vino.
Yo no quiero vivir de este verde puro:
en la noche del viento arderé en lo oscuro.
Yo he vivido de amor en los olivares:
ha llegado la hora en que tú me ares."
***
Ilustración: "Venus, Adonis y Cupido", Annibale Carraci (1595). Museo del Prado
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