26.4.07

Trascendencia o no

"Porque el hombre es trascendencia, jamás podrá imaginar un paraíso. El paraíso es el reposo, la trascendencia negada, un estado de cosas ya dado, sin posible superación. Pero en ese caso ¿qué haremos?, Para que el aire sea respirable tendrá que dejar paso a las acciones, a los deseos, que a su vez tenemos que superar: tendrá que dejar de ser paraíso. La belleza de la tierra prometida es que ella prometía nuevas promesas. Los paraísos inmóviles no pueden prometer más que un eterno aburrimiento.
Si Dios es la infinitud y la plenitud del ser, no hay distancia entre su proyecto y su ser realidad, su voluntad es el fundamento inmóvil de su ser. Lo que quiere se hace, quiere cuanto es... Tal Dios no es una persona singular, es el universal, el todo inmutable y eterno. Y lo universal es silencioso... La perfección de su ser no deja ningún lugar al hombre porque el hombre no podría trascenderse en Dios si Dios ya está todo entero dado. En tal caso el hombre no es más que un accidente indiferente a la realidad del ser; está en la tierra como un explorador perdido en el desierto; puede ir a la derecha o a la izquierda, puede ir a donde quiera; jamás irá a ningún lugar y la arena cubrirá sus huellas."

SIMONE de BEAUVOIR
(Pyrrhus et Cinéas,
fragmento epdlp)

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Hasta

Porque el hombre es trascendencia,

me he enterado

después

ni papa, oiga

E.C. (desdelrespeto)

Samuel J. dijo...

Temo decirlo, siendo estos pensamientos tan complicados y proclives a la confusión, pero discrepo con Simone de Beauvoir. Parece que tienda a identificar a Dios y el paraíso con lo inmóvil y al hombre y las circunstancias con el devenir. De ahí que se rechace el regreso al paraíso y en esto estoy de acuerdo. Perseguimos una meta mayor y que no es inmóvil.

A mi juicio el hombre puede vivir dentro de su naturaleza sin renunciar al contacto con los cambios y al mismo tiempo aspirar a la perfección. Porque no creo que la perfección sea estatismo, como parece apuntar, sino vivir en las circunstancias sin que éstas nos determinen totalmente.

Incluso Dios, que está por encima del tiempo, respeta la libertad del hombre, y aunque la conoce, se ve influido por ella para no cumplir siempre sus propósitos. Creo que también él está sujeto a sí mismo y no siempre "lo que quiere se hace" en el momento que quiere, porque el hombre en su libertad no siempre le deja. No tendría entonces sentido pedir que se haga su voluntad en la tierra como en el cielo si todo cuanto sucede, hasta lo malo, lo hace él.

La verdadera eternidad es una relación del hombre con Dios. Y en las relaciones hay intercambio y movimiento. Los únicos márgenes que hay son los que hacen posible esa relación.

Un cordial saludo!

Samuel.

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo (creo).

E.C. desdelacocina

o s a k a dijo...

somos seres trascendentes porque aspiramos a la perfección, a la verdad, a la belelza y la bondad

por separados que estemos de lograrlo

la perfección no es aburrimiento

lo que aburrre es la obstinada brutalidad del ignorante

o eso pienso

n a c o

Anónimo dijo...

Mi humilde opinión, desde lo que mi cerebro mononeuronal me permite:

¿De qué estamos hablando? ¿Paraísos terrenales o espirituales?
Parece que todo se reduce a una dualidad entre movimiento y estatismo: alcanzar el paraíso terrenal requiere moverse, actuar. El espiritual me invita a pensar en quietud pero discrepo en cuanto a que sólo prometan aburrimiento.Podemos aburrirnos como entes terrenales, pero en el momento en que seamos sólo un ente espiritual (si es que eso tiene lugar en algún momento, cosa que no dudo), no tendremos la capacidad humana de aburrirnos.

Dentro de la perfección (de Dios) hay lugar para la imperfección, y es ahí donde entra en juego el hombre (y digo el hombre porque considero que los demás seres ya son perfectos).

¿Lo universal silencioso? Parad y escuchad el sonido del mundo.

Brid...

en el país de las bridlandillas.

Ninguno dijo...

Cada punto de vista si cabe más interesante. Desde luego nada que envidiar a Madame Beauvoir. Gracias a los cuatro por vuestras apreciaciones. Algún día lograré construir mi opinión; de momento, sólo me limito a escucharos atentamente. Y a comer una manzana...

Saludos!

o s a k a dijo...

ñám

n a c o